La pastelería Tate, situada en el mismo centro de Markina-Xemein junto al Prado, es un negocio familiar ya en su tercera generación. Cuando Bernardo de Aretxabaleta, abuelo de los actuales propietarios la fundó en 1936 era una tienda de ultramarinos en la que se hacían velas, chocolate y cocotes. Este emblemático pastel no es una receta original de esta casa, sino un dulce popular de la localidad, cuyas primeras referencias escritas se datan en 1883. Hace muchos años llegó a haber cinco confiterías en Markina-Xemein, y en todas se elaboraban cocotes. Tate es la única que ha llegado a nuestros días manteniendo esta dulce tradición, que ha llevado su nombre y el de Markina-Xemein a las páginas de los manuales más importantes de pastelería.
La gama de productos del establecimiento es exquisita: pastas de té, tejas, helados caseros, etc. La familia Tate sigue elaborando nuevos productos e innovando con los tiempos, pero los célebres cocotes, que se envían a multitud de lugares, siguen siendo el emblema de la casa.
La pastelería Tate recibió en 2008 el Premio Jose Mª Busca Isusi a la mejor pastelería de Euskadi. El galardón lo concede el Gobierno Vasco, a propuesta de la Academia Vasca de Gastronomía.